Entérate de los alimentos prohibidos para perros y gatos

Los trastornos digestivos son una de las razones más frecuentes por las que se acude a una clínica veterinaria. Los dos principales síntomas son la aparición de vómitos o diarrea, pero también pueden aparecer otros síntomas menos evidentes, como pérdida de peso, cambios en el apetito, flatulencia, ruidos estomacales o una inactividad repentina.

Lo que come un perro o un gato  tiene un impacto en todo el cuerpo. Una dieta específica, dirigida a sus necesidades, puede hacer mucho para controlar la sensibilidad digestiva y fomentar un entorno digestivo saludable.

A grandes rasgos sabemos lo que nuestras mascotas deben comer, las proteínas altamente digestibles y de alta calidad, esenciales para brindarles energía y los componentes básicos para el crecimiento celular en su cuerpo. Los alimentos que utilizan diferentes proteínas de fuentes de alta calidad pueden ayudar a mantener un sistema digestivo saludable y evitar la irritación de este sistema sensible, etcétera.

Pero qué hay de lo que NO deben ingerir nuestros amigos. A continuación te lo explicamos:

¿Qué alimentos son prohibidos para perros?

El chocolate: El cacao del chocolate cuenta con un estimulante llamado Teobromina que resulta bastante tóxico para los canes. Aunque son los chocolates negros y puros los que suelen tener una mayor concentración de ella, los chocolates blancos tampoco son recomendables. Alguno de los síntomas que causa son el jadeo, la sed excesiva, la diarrea, los vómitos, temblores, convulsiones e hiperactividad. En caso de consumir una gran cantidad el animal puede entrar en coma y morir.

Lácteos como la leche, los helados o el queso: A diferencia de los humanos, los perros no cuentan con la enzima lactasa que se encarga de descomponer la lactosa. De ahí que la leche, los helados e incluso el queso, puedan causar trastornos intestinales o diarrea a nuestra mascota. La única leche que pueden consumir es la que maman de su madre.

Aguacates, uvas y semillas de ciertas frutas: Aunque hay frutas que son beneficiosas para nuestro mejor amigo, hay otras que no. El aguacate, por ejemplo, tiene en su composición una toxina llamada Persina que resulta potencialmente peligrosa. Algunos perros son alérgicos a ella, lo que les causa problemas digestivos y dificultad respiratoria. Pese a que todavía no se tiene claro el motivo, las uvas y pasas resultan nocivas (causan insuficiencia renal) para estos animales incluso en cantidades pequeñas. En cuanto a las manzanas, duraznos y albaricoques, la fruta en sí misma no resulta perjudicial pero sus semillas, huesos y corazones cuentan con pequeñas cantidades de cianuro. En esas cantidades no resultan perjudiciales para los humanos pero los canes no pueden procesarla.

Nada de cebolla, ajo y puerro: Las cebollas, ajos, puerros, cebolletas y chalotes (todos ellos de la misma familia) cuentan con una sustancia llamada Tiosulfato capaz de causar anemia hemofílica (al destruir las células rojas de la sangre) si se consume de forma prolongada. De todos ellos el más peligroso es sin duda alguna el ajo.

Ciertos frutos secos: Además de las ya mencionadas uvas pasas, frutos secos como las nueces de Macadamia pueden ser tóxicas para los perros en cantidades tan ínfimas como dos gramos. Lo mismo ocurre con otros frutos secos como almendras o nueces, que tienen altas cantidades de aceites y grasas y pueden llegar a causar pancreatitis si se ingieren grandes cantidades.

Cuidado con los huesos y el hígado: Aunque es habitual ver cómo un perro se come un hueso, lo cierto es que no todos son buenos para ellos. Los huesos y espinas de pequeño tamaño como los del pollo o el pescado resultan muy peligrosos. Pueden causar asfixia o atascarse en la garganta. Tampoco resulta muy recomendable el hígado, puesto que contiene una gran cantidad de vitamina A que los perros no asimilan de forma natural. En pequeñas porciones y de forma ocasional no es peligroso. De hecho se usa en dietas de comida natural como BARF. Como todas las carnes, siempre mejor cocinado que crudo.

Ni dulces ni azúcar: Todos los dulces se pueden considerar alimentos prohibidos para los perros. El azúcar es un alimento que debe evitarse puesto que puede causar obesidad y en algunos casos diabetes. En ambos casos se pueden generar complicaciones a largo plazo, como la famosa pérdida de visión. En el caso de los alimentos sin azúcar hay que tener un especial cuidado con aquellos que cuentan con Xilitol, un edulcorante que se suele usar en chicles, pastas de dientes o caramelos. El Xilitol puede causar vómitos, convulsiones, letargo, falta de coordinación, deterioro de encías y en casos graves hemorragias internas. También puede causar que el páncreas libere más insulina de la necesaria.

Cafeína, el alcohol y otros estimulantes: Bajo ningún concepto deben tomar este tipo de bebidas ni otras sustancias estimulantes como bebidas energéticas o refrescos, son alimentos prohibidos para los perros. La intoxicación puede llegar a matar a tu mascota. Si quieres compartir una cerveza con tu mejor amigo que sea con una especial para perros.

La levadura: La levadura resulta especialmente tóxica en el estómago de estos animales puesto que puede llegar a expandirse hasta el intestino provocando una gran cantidad de gases o causar problemas respiratorios. Un consumo excesivo de masas fermentadas puede tener el mismo efecto.

¿Qué alimentos no deben comer tus gatos?

Frutas como uvas, naranjas, aguacates o limones: Las uvas y las pasas pueden afectar al riñón del gato si se consumen en grandes cantidades, aunque también pueden causar malestar físico y diarrea en cantidades pequeñas. Los cítricos como limones y naranjas también causan diarreas y malestar estomacal. En el caso de los limones su aceite esencial resulta especialmente peligroso. Por su parte, los aguacates tienen Persina, una sustancia fungicida que resulta tóxica para los felinos.

Verduras como cebolla, ajo, papa o tomate: En dosis altas y reiteradas, el tiosulfato de la cebolla, el ajo, las chalotas, los puerros o el cebollín puede llegar a destruir los glóbulos rojos de la sangre y causar anemia. Aunque la papa en sí no resulta perjudicial para los gatos, especialmente si está cocida, los brotes verdes, las hojas y el tallo pueden resultar tóxicas. Esto se debe a una toxina llamada solanina que desaparece al hervir las papas. El tomate, que también comparte familia (Solanáceas) con las papas, también tiene solanina aunque su principal componente tóxico para los gatos es la tomatina. Este componente se encuentra principalmente en los tomates verdes, las hojas y los tallos, pero disminuye conforme madura la hortaliza. Dicho esto, las verduras son alimentos prohibidos para gatos, puesto que, a diferencia de los humanos u otros mamíferos, tienen un tracto intestinal demasiado corto como para digerirlas.

Nada de chocolate, café o té: Al igual que ocurre con los perros, los gatos no pueden tomar teobromina, una sustancia presente en alimentos como el chocolate, el café o el té. En el caos de hacerlo pueden sufrir deshidratación, vómitos, diarrea o úlceras. Además, puede llegar a afectar al sistema nervioso causando convulsiones e incluso la muerte.

Comida para perros: Puede parecer una tontería, pero uno de los alimentos prohibidos para gatos es la comida para perros. Esto se debe a que la comida canina carece de nutrientes que necesitan los felinos como la taurina o el ácido arquidónico. Algo que, consumirlo de forma excesiva, puede provocar un déficit de los mismos que genere serios problemas de salud al animal.

Sin sal ni azúcar: El exceso de sal de ciertos embutidos o platos puede causar problemas renales e hipertensión. Además, la grasa de estas comidas puede provocar pancreatitis. En el caso de los embutidos como el jamón york o pavo no habría problema, aunque tampoco es bueno abusar, ya que los comerciales suelen contener azúcares. En cuanto los dulces y el azúcar, las complicaciones habituales suelen ser la insuficiencia hepática o el exceso de insulina que provoca el xilitol. Los dulces y el azúcar también pueden causar vómitos, pérdida de coordinación y letargo.

La leche: La leche es uno de los alimentos prohibidos para gatos adultos. Los gatos empiezan a desarrollar intolerancia a la lactosa según van creciendo por lo que no es recomendable darles la misma leche que consumimos nosotros. Si quieres ponerle un cuenco de leche lo mejor es que sea sin lactosa o alguna adaptada para gatos. Aun así, tiene que ser algo esporádico y en pequeñas cantidades.

Pescado con espinas o carne con huesos pequeños: No es que tengan alguna sustancia tóxica para estos animales pero su tamaño y forma puntiaguda puede provocar daños en el aparato digestivo si el animal se los traga. En el caso de darles carne o pescado debe de estar siempre cocinado y sin sal.

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