Si has notado que tu perro o gato está triste y ha dejado de comer, está decaído y no se levanta o que no tiene ganas de jugar, debes averiguar por qué.

Al igual que las personas las mascotas pueden sentirse tristes por diversas circunstancias e incluso deprimirse. Detectar estos cuadros de tristeza nos permitirá actuar lo antes posible para revertir la situación. 

Causas de tristeza en perros

La tristeza en los perros puede aparecer por distintas situaciones y circunstancias a las que debemos prestar especial atención. Las más comunes son las siguientes:

  • Embarazo psicológico o pseudogestación. En pocas palabras, se trata de un trastorno hormonal que hace que el organismo de la hembra actúe como si estuviese gestante aunque realmente no ha habido fecundación. Se produce en las que no están castradas. La castración lo soluciona.
  • Sacar a los cachorros de pocos meses de edad de su núcleo familiar y trasladarlo a un entorno nuevo supone un considerable estrés, sobre todo durante los primeros días. Es importante realizar una buena adaptación.
  • Al igual que los pequeños recién separados de la camada, cualquier perro, independientemente de su edad, puede desubicarse por completo al verse separado de su familia o si suceden grandes cambios. Una muerte, un nacimiento o una mudanza suponen un riesgo.
  • Un  perro que pasa el día solo, atado, encerrado, sin ejercitarse, día tras día va a encontrarse muy alejado de los estándares básicos de bienestar canino.
  • Un perro maltratado, abandonado o que ha vivido una experiencia negativa extrema es fácil que desarrolle problemas de conducta, tristeza o depresión. Se recomienda visitar un etólogo o especialista en comportamiento canino.
  • Síndrome de disfunción cognitiva (similar al alzheimer de los humanos). Lo padecen los perros de edad avanzada y provoca síntomas que pueden hacernos pensar que el perro está triste. Puede mejorar la calidad de vida con pautas y medicación.

¿Cómo detectar la tristeza de mi perro?

No siempre es fácil identificar un cuadro de tristeza, sobre todo si lo acabamos de adoptar y todavía no conocemos sus rutinas. Como regla general podemos decir que cualquier signo fuera de lo común es motivo de consulta veterinaria. La tristeza en los perros va a manifestarse mediante síntomas, tanto físicos como psicológicos, como ejemplo los siguientes:

  • Pérdida o disminución del apetito.
  • Apatía, desgano.
  • Postración, se pasará el día tumbado.
  • Un perro triste deja de jugar.
  • Sin reacción ante estímulos de su entorno.
  • No interacciona con nadie de la familia.
  • Se incrementan las horas de sueño.
  • Emite vocalizaciones como gemidos, lloriqueos e incluso aullidos.
  • Se vuelve miedoso, ansioso, estresado.
  • Es posible que pase escondido buena parte del día.
  • Desarrolla comportamientos repetitivos fuera de lo natural o habitual

Estrategias y prevención de la tristeza en las mascotas

Si el médico veterinario confirma que tu mascota está sano, entonces podemos pensar que sí existe un problema a nivel psicológico. No te alarmes porque es curable. Será necesario implementar modificaciones en su rutina. En esta tarea te pueden ayudar veterinarios especializados en comportamiento canino o etólogos. En algunos ejemplares puede ser necesario administrar fármacos, hazlo siempre tras la valoración del profesional y con la receta del veterinario.

Además de las pautas marcadas por los profesionales tú puedes apoyar a tu amigo peludo: Obsérvalo para aprender a reconocer sus señales comunicativas. Así te anticipas a ellas y evitas malentendidos. Evita someterlo, en la medida de lo posible, a situaciones que sabes que le resultan estresantes.

Si sabes que algo le gusta, ofréceselo tanto como puedas. Por ejemplo, llévalo a pasear por su lugar favorito, dale un masaje si busca ese contacto y ofrécele premios de su agrado. Este tipo de acciones refuerzan su vínculo y mejoran su estado de ánimo.

No lo dejes todo el día solo, si no puedes evitarlo, búscale una guardería, un paseador o, si es posible, otro animal.

Asegúrate de que realiza toda la actividad física que necesita en función de sus características. Ningún perro debe salir menos de dos veces al día.

La estimulación mental es imprescindible. Ponle retos, hazle buscar objetos siguiendo su olfato, dale juguetes interactivos, enséñale a sentarse, a caminar a tu lado o a acudir a tu llamada, son actividades que facilitan la comunicación entre ustedes y le proporcionan calma.

Síntomas y recomendaciones para ayudar a los gatos en su tristeza

Cuando un gato está triste o deprimido suele mostrar signos de apatía, decaimiento, e inapetencia. También puede dejar de asearse, no utilizar el arenero para hacer sus necesidades, o pasar excesivo tiempo debajo de la cama o el sofá.

Los felinos son muy susceptibles a los cambios en el entorno, y ésta es una de las principales causas que puede repercutir en su carácter. Un traslado, un cambio de familia, o pasar demasiado tiempo solo, puede provocarle desorientación y tristeza.

Los gatos, al contrario de lo que se opina, son animales sociales y afectivos, que necesitan estar en contacto contigo y poder desarrollar sus rutinas habituales. A veces la llegada de un bebé, la presencia de una nueva mascota en tu hogar, o la pérdida de un ser querido, son motivos suficientes para que se sienta desplazado, y adopte comportamientos que así lo manifiesten.

En cualquiera de los casos, es importante que acudas al veterinario para que determine las causas, y te ofrezca las soluciones más convenientes.

En el supuesto de que el veterinario descarte una patología, y se incline por motivos de carácter psicológico, te recomendamos que sigas las siguientes pautas para intentar paliar la situación de tu gato triste:

  • Los gatos, al igual que los perros u otros animales de compañía, necesitan afecto, dedicación y cariño. Las caricias y los juegos ayudan a fomentar vuestra interacción y a generar un vínculo saludable y feliz.
  • Si por determinadas circunstancias no puedes dedicarle todo el tiempo que te gustaría, proporciónale distracciones que fomenten su curiosidad. A veces, una simple caja de cartón o un juguete específico para felinos, puede suponer un reto suficientemente atractivo para que tu gato pase horas entretenido.
  • Estimúlalo mediante actividades que le gusten, como poder retozar en algún lugar soleado, dormitar en su rincón preferido, e incluso cepillarlo suavemente para que se sienta más limpio y confortable.
  • Y sobre todo, evita gritarle. Tu tono de voz y la forma de acercarte a él deben ser cordiales y afectuosos para que tu gato perciba que estás cerca de él y quieres ayudarlo.

Si pese a los consejos tu gato no evoluciona favorablemente, acude a un veterinario especialista en comportamiento animal (etólogo).

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