Los perros y gatos en edad senior, necesitan más atención de sus dueños
Al igual que los humanos, los perros y gatos envejecen gradualmente; no hay una edad exacta en la que se vuelvan “mayores”, pero se considera una edad avanzada entre los cinco y los nueve años de edad. La edad a la que tu mascota puede considerarse mayor depende de qué perro o gatos tengas, ya que, por ejemplo, normalmente los perros pequeños tienen una vida mucho más larga que los perros gigantes; las razas pequeñas y medianas se consideran senior a partir de los nueve años, las razas grandes o gigantes a partir de los seis años.
Lo que sí se generaliza es el cuidado que debemos darles en su vejez, veamos:
¿Cómo cuidar a un perro anciano?
La longevidad de nuestros perros y la calidad de vida que tenga dependen de los cuidados que nosotros le administremos. Hay factores externos como la raza y la talla; cada raza es diferente y tienen curvas de vida muy bien definidas, sin embargo, si nosotros le proporcionamos a nuestro perro una buena alimentación, adecuada para cada etapa de su vida, lo ejercitamos con frecuencia y lo mantenemos vigilado en cuestión médica, es muy posible que logremos extender la expectativa de vida aunque sea por un poco.
Un perro que no recibe cuidados veterinarios, que no recibe una alimentación adecuada o que no se ejercita puede desarrollar problemas de obesidad, enfermedades cardíacas o musculares o un sinfín de problemas médicos que tal vez no lo pongan en riesgo de muerte pero sí disminuirán considerablemente su calidad de vida. Por ello es importante que reconozcamos cuándo la alimentación de nuestro compañero debe cambiar, así como sus hábitos de ejercicio, de descanso y de higiene.
Un perro senior tiene requerimientos especiales en cuanto a la nutrición para prevenir las enfermedades que aparecen con la edad y el desgaste normal del organismo. Esto le ayudará a tener una mejor digestión y a vivir sus últimos años de una manera saludable y feliz. Así que si no tiene algún padecimiento que requiera una alimentación especial, puedes recurrir a un alimento para perros senior.
Tu perro apreciará una gran cama blanda en donde acostarse cómodamente, especialmente si tiene dolor articular. Colócala en un lugar cálido y tranquilo, alejado de las corrientes de aire. Asegúrate de que tenga siempre cerca un bol de agua limpia y fresca, para que no tenga que buscarla o subir y bajar escaleras innecesariamente.
Cuando salgas con él, puedes encontrarte con que tu perro senior ya no es tan ágil como antes. La artritis de sus articulaciones puede impedirle subir y bajar del coche, por lo que tendrás que cogerle en brazos si es pequeño, o ponerle una rampa si es grande.
Los chequeos periódicos son imprescindibles para la salud de tu perro mayor. Durante estas visitas, el veterinario pesará a tu perro mayor y le realizará una revisión completa. Si notara algo extraño, tomará muestras de orina y de sangre para comprobar si existe algún signo de enfermedad común entre los perros de edad avanzada. La vacunación y los tratamientos contra parásitos y pulgas deberán continuar durante toda la vida de tu perro.
¿Cómo cuidar a un gato anciano?
Un gato se considera senior a partir de los ocho años. Sin embargo, ello no quiere decir que, con esa edad, ya sea anciano. Simplemente, tenemos que tener presente que, a partir de ese momento, deberemos iniciar algunos cuidados especiales que puedan retardar el envejecimiento o bien aminorar sus consecuencias. Los gatos suelen vivir alrededor de doce a 18 años, y cada uno tiene un desarrollo diferente. Por ese motivo, no es posible determinar exactamente a qué edad un gato se vuelve anciano. Dependerá de las circunstancias concretas de cada felino. En medicina veterinaria, sin embargo, se habla de “gatos geriátricos” a partir de los catorce años.
El gato querrá pasar mucho más tiempo durmiendo que jugando. En esta etapa la mascota pierde la capacidad de controlar sus esfínteres y su pelaje ya no será tan brillante. El sentido de la vista y la audición le fallará en algunas ocasiones; puede presentar rigidez en las articulaciones y sufrir algunas enfermedades como el sobrepeso.
Los gatos senior necesitan una alimentación con niveles reducidos de fósforo que ayuden a evitar problemas renales, una de las enfermedades más comunes durante esta etapa de la vida. Además, es importante que la dieta incorpore glucosamina y condroitina para proteger las articulaciones, además de ácidos grasos esenciales como Omega-3 y Omega-6 para favorecer el buen estado del pelo y la piel del felino. Los gatos viejitos no queman tanta energía como en su juventud, de modo que es probable que engorden más de lo aconsejado si su dieta es demasiado calórica.
Para cuidar de un gato adulto, una vez por semana tienes que ponerlo en tus rodillas y palparlo poco a poco en todo el cuerpo para ver si hay alguna anomalía como bultos o cicatrices. También checa su orina, la forma en que mastica y si tiene diarrea, está estreñido, rechina sus dientes, saca esputo o no puede orinar, llévalo al veterinario cuanto antes.
Durante la fase de la vejez, los gatos deberían visitar el veterinario un par de veces al año para que éste pudiera comprobar el estado de su salud y prevenir enfermedades.
Lo mejor que podemos hacer para proporcionarle a nuestra mascota una vida más fácil de llevar cuando se encuentre en esta etapa, es darle todos los cuidados y mimos, agradeciéndole por todos los años en los que nos acompañó con sus ronroneos y miradas de amor.