Como dueños, queremos que nuestras mascotas estén impecables, siempre limpios y que huelan bien. Sin embargo, eso no es posible aunque los llevemos a la estética todas las semanas. Entonces, ¿qué hago para que mi perro huela bien? Como primera medida, deberíamos aclarar qué es ‘oler bien’, pues probablemente tu definición sea muy diferente de la de tu mascota. Eso no quiere decir que no lo puedas bañar o asear, pero sí que evites los excesos, una higiene excesiva es contraproducente para su salud, porque el efecto de jabones o shampoos –incluso los que son aptos para perros– arrastran los microorganismos de la piel y el pelo, así como también tapan las feromonas con las cuales los animales se comunican entre sí.

A diferencia de lo que sucede con las personas, que nos perfumamos y colocamos desodorantes tras bañarnos con jabones de flores, a los animales les gusta su propio aroma personal. ¡Y también se perfuman! Pero claro, no con una colonia francesa ni una fragancia importada. Lo hacen con lo que tienen a disposición, como puede ser el césped, una manta o hasta deshechos de otros animales.

El problema radica en que la convivencia con una mascota que tenga ‘olor a perro’, como se dice popularmente, no es del todo agradable. Por ello es que los dueños optan por usar perfumes para perros.

Pero ¿es bueno o malo para tu perro perfumarlo cada vez que regresa del parque o cuando llueve? Para ti será perfecto porque el animal olerá ‘a rosas’, pero para él no será tan agradable.

¿Por qué no se debe usar perfumes para perros?

Para los animales, los olores son muy importantes, porque les permiten conocer a los demás o identificar un peligro. Incluso, hay algunas mascotas que cuando se les pone perfume no quieren salir de casa o se pelean con otros perros cuando están fuera. Y es que ese cambio en el aroma personal los desorienta y no permite que los demás de su especie le reconozcan. Por ello, muchos veterinarios no aconsejan el uso de perfumes para perros. Sin embargo, otros afirman que, en poca cantidad, estas fragancias pueden mejorar la convivencia con las personas.

Cuando  perfumamos a nuestra mascota, lo hacemos desde nuestro punto de vista, es decir, para que tenga mejor aroma, pero en los demás animales las cosas no son así. Los perros tienen un olfato mucho más desarrollado que el nuestro y esa ya es la primera diferencia. Quizás para ti un poco de fragancia no tiene nada de malo, pero para tu mascota es como si le pusieras litros y litros de colonia.

Además, el aroma que a ti te gusta, tal vez a él o ella no le sea tan agradable y sienta la necesidad de quitárselo o taparlo como sea posible. No es extraño que, tras ser perfumado, tu mascota salga corriendo a frotarse el lomo contra cualquier cosa que encuentre a su paso.

Por otro lado, los perros pueden verse afectados negativamente por el perfume si llegan a ingerir alguna cantidad del producto por el etanol que contienen y que les puede resultar muy tóxico. Ni que hablar de los aceites esenciales contenidos en el perfume, que – cuando se combina con el etanol – pueden dar lugar a una mezcla muy peligrosa cuando se ingiere.

Definitivamente el perfume y los perros no son una buena combinación.

Son muchos los dueños que perfuman a sus perros, pero es necesario que tengas en cuenta que no es algo natural para tu mascota y que aunque sea tu deseo, es mejor que evites hacerlo a toda costa. Ella te lo agradecerá y tú te sentirás más tranquilo al ver que tu amigo está bien. Lo más importante es que nuestra mascota tenga una correcta higiene, más allá de colonias y olores a perfumes. Que tenga un cepillado diario si tiene mucho pelo, sus baños periódicos, un cepillado semanal de dientes, o cada tres o cuatro días, etcétera. Un lavado de sus ojos ya sea con agua o aplicando una toallita húmeda también es importante. El uso de estas toallitas por diferentes partes del cuerpo de tu mascota es una excelente opción, mientras llega el baño.

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